A la espera de lo que resulte de la visita de Juanma Moreno a la Moncloa, tendremos que habérnosla con la chirriante perspectiva que supone su amplia oferta de “leal colaboración” con el tejemaneje monclovita frente a su propósito de afrontar esta confusa situación socioeconómica con recetas liberales, es decir, desde la cara opuesta al fracasado proyecto sanchista. No sería deseable ver a Andalucía convertida en campo de pruebas de las políticas preconizadas por el nuevo PP, pero eso no supone desestimar cuanto de razonable tienen los iniciales proyectos de reducción fiscal o de afirmar una voz propia en el concierto europeo. Hay que ser realistas: esta legislatura no será un idilio entre la Junta y el Gobierno sanchista sino todo lo contrario. Siempre está muy bien tender la mano pero no más allá de donde es realmente posible extenderla.