El Tribunal Europeo de Derechos Humanos acaba de revocar una sentencia francesa que condenaba a dos editores, Plon y Perrin, por la publicación de las increíbles memorias del general Ausseresses, el verdugo de Argelia que hizo célebre su crueldad y su parche pirata, poniendo al descubierto el secreto a voces de que las torturas sistemáticas infligidas por los servicios especiales del ejército francés a los independentistas del FLN argelino fueron atroces y contaban, por descontado, con el visto bueno del lejano Gobierno de París. Considera el tribunal que la libertad de expresión prima sobre la corrección política que consideró la exhibición de Ausseresses como un delito de apología de unos crímenes de guerra que, por cierto, estaban indultados desde hacía mucho por la cuenta que les traía a algunos, en especial a Mitterand, más que evidente cómplice de esas prácticas atroces desde su cargo de ministro de Justicia en la época de Guy Mollet. El libro en cuestión apareció en 2001 y constituye no sólo un deplorable y inhumano testimonio de aquella barbarie de Estado, sino la más cínica defensa de sus procedimientos, considerados por el autor como absolutamente legítimos. Es la vieja teoría que resume el burdo adagio “en la guerra como en la guerra”, la idea de que todo vale cuando se trata de ganar una causa que se considera legítima, incluida la destrucción de las más elementales garantías que propone no ya la democracia sino la civilización, teoría cínica que Ausseresses sostuvo hasta el extremo de decir con toda claridad que si Francia perdió Argelia no fue por aquellas barbaridades sino por haberlas hecho sólo a media y de manera acomplejada, en lugar de haber liquidado el problema con la ferocidad necesaria. Hay muchos Ausseresses, la Historia está llena de ellos, no hace falta más que un pretexto (o contexto) histórico y ya los tenemos ahí.
Nada hay en las torturas relatadas que no conozcamos de cerca los demás– los electrodos, el ‘submarino’, las palizas…–, incluso la pretensión de ejercer el Mal de manera ‘científica’ que tanto horrorizaba a Primo Levi o a Hannah Arendt. Estos mismos días una representante de la Administración yanqui acaba de reconocer el uso de esa prácticas en Guantánamo y ciertos medios, ignoro con qué pruebas, las denuncian en Gaza. Casi habría que desear que el espantoso espectáculo de ese viejo canalla se repitiera con más frecuencia. Eso es lo que, seguramente, ha pesado en el ánimo del tribunal.
El general Massu, Ausseresses, la OAS, ¿le dice algo hoy a la gente en general estops nombres terribles? Pronto ocurrirá lo mismo con el GAL, versión española y pequeñita (en comparación…) del terrorismo de Estado. ¿Quié se acuerde ya del asesinato múltiple ordenado por la Tathcher en Gibraltar?
Es muy justo ese artículo, pero quizá no haga en cuenta la sitiación que padecimos entonces los franceses. Como francés abomino de lo que hicieron estos militares, a pesar de recordar con angustia el mplanteamineto del FLN –provocar terror para provocar reacción para provocar adhesión popular) que es la misma cosa que hoy ocurre en Gaza y Palestina, Líbano, Pakistán, Irak…
La memoria es buena si se utiliza bien. Aquí tenemos una prueba que incluye la habitual generosidad de espíritu del autor. Aquella época fue terrible, la batalla fue infame, no hay duda. Tengamos muy en cuenta, sin embargo, la advertencia que nos hace nuestro nuevo amigo Renard.
Un tema interesante, que demnuestra que la Justicia se europeiza a buen ritmo, peor plantea el problema de saber a qué artenernos cuando llamamos Supremo al TS. Nuestros derechos se ventilan ahora en España pero se pueden decidir en última instancia en Estrasburgo, y eso no me parece ni bien ni mal, sólamente me produce cierta confusión.
En casos como el que se comenta, es verdad que cambian un poco las cosas, porque Francia nunca será tan imparcial para juzgar a Francia como un tribunal teóricamente neutral. Muy interesante elrecuerdo de la batalla de Argel y la condena implícita a lo que hicieron los torturadores.
Interesante, sobre todo la alusión a Mitterand, vaya pájaro por lo que vamos sabiendo. Tortura habrá siempre, talñ vez, porque es una tentación del Poder en general y, seamos sinceros, muchas veces (yo lo he oído) de mucha genmte de a pie. ¿Quién se pone en contra en conciencia contra la tortura denunciada por AI en nuestro propio país? Pues mientras no se considere mala TODA tortura, al margen de cualquier circunstancia, no habrá remedio para ese mal. Ja suele decir que hay muchas inquisiciones y lleva toda la razón.
Otro artículko en la línea humanista de jagm, tan enriquecedora por la información que suele aportar. No conocía a este sujeto (Ausseresses), pero procuraré hacerme con esas memorias. Es bnueno conocer de cerca la Maldad humana. Malo ignorarla.
Qué añadir. Que está uno de acuerdo con la columna y con los comentrs. de nuestros casineros, sobre todo con el de monsieur Renard. También es interesante lo que objeta Ropón, que sabe bien der qué habla, como es lógico.
Los verdugos no piensan como la gente normal., No son normales. No pretendo atenuarles la responsabilidad sino sugerir que el ejercicio del Mal (me encanta esta mayúscula uisada por el anfitrión) enloquece quien lo practica. Ese general seguro que está como una cabra además de su rollo patriótico y todo eso.
Seguro que jagm comoce el asunto, pero hay que advetir que el general Ausseresses, aparte de Aregelia se dedicó a torturar y a ensañer a torturar en otros países. Un apóstol de la torura, vaya, o por lo menosm un entusiasta. He creído que era oportuna la aclaración.
La maldad se esconde en lo más hondo del corazón de nuestras tinieblas y el Estado, como monopolizador de violencia, no va a ser tampoco ajeno a ello; como pensar que terrorismo, tortura, represión,…etc, es algo extraño al “nosotros” civilizado.
La lucha por los valores de la vida es eterna y no siempre va a surgir un Unamuno para soltarlo a la cara del necrófilo más pintado y recordárnoslo.
Magnífico comment.
Una vieja historia… siempre actual. Hay mucha verdad en ese comentario que alude a la maldad innata, ¡no hay más que contemplar la agersividad del niño! Pero es necesario com batirla sin desmayo, una y otra vez, las que hanan falta. Espero con ilusión lo que Obama vaya a hacer en Guatánamo, pues no olvidemos que allí hay mucho caso sin salida jurídica. ¿Qué hacer con esos presos de la ergástula, cómo compensarlos? ¿Y cómo saber que algunos o muchos de ellos no son, de verdad, terroristas peligrosos em extremo? Nada de eso justifica «el submarino» que allí se practicaba, sin embargo. Obama lo va a tener crudo en todo caso, por más que no es mala la ocasión que se le presenta.
En todas partes cuecen habas. Está bien que reconoza que en Esñaña también.
Parece extraño que el tribunal Europeo de Derechos humanos haya sido menos duro que los tribunales franceses.
Desde luego yo no leeré al general Ausseresses y desde luego, no compraré su libro. Comprendo que se quiera tener ciertas informaciones y que algunos dejen de lado su moral porque tienen otras responsabilidades pero desde luego no deberían pregonarlo y menos vanagloriarse de ello, sino lamentarlo en el silencio de sus corazones. Ya sé que algunos van a encontrar mi posición comodona pero hay que ser realista: siempre habrá tortura y torturadores.
Besos a todos.
libertad de expresion aun teledirigida por los gobiernos que son finalmente los responsables, los ejecutores al fin y al cabo unos cabezas de turco. un saludo don jose antonio