En tanto no hay quien ponga de acuerdo ni a tirios ni a troyanos frente a la huelga general prevista para el 29-S, la Iglesia sevillana, es decir, su Arzobispo, no se ha andado con chiquitas sino que ha tirado por la calle de en medio reivindicándola como una “cuestión de dignidad” frente “a la mayor agresión que han sufrido los derechos de los trabajadores en los tiempos recientes”. ¡Tomen del frasco! A través de delegación de Pastoral Obrera, la Iglesia de Sevilla critica con dureza insólita las medidas ultraliberales de la reforma laboral del Gobierno, y afirma la HG como “un derecho y una defensa justa y legítima” además de apostar por la causa de los pobres. Las cosas claras, por una vez. Se podrá discutir el tema pero no los bemoles de Monseñor.
Me da la impresión de que monseñor también se ha enterado por la prensa de que estaba de acuerdo con la huelga y que era justa y legítima.