Otra sentencia contraria al Servicio Andaluz de Salud –una más entre tantas–, en esta ocasión para anular el proceso de adjudicación de sendas subvenciones millonarias a dos clínicas abortistas a la exacta medida de las cuales había sido diseñado el correspondiente concurso público. Semejante varapalo no debería quedarse ahí, en la anulación del procedimiento, sino extenderse hasta alcanzar a los responsables ciertos de la decisión que dio lugar a ese trato de favor y averiguar en lo posible las causas del pelotazo. La Junta no puede seguir asimilando como quien oye llover estos reveses que le propina la Justicia con motivo de ciertas arbitrariedades que está por ver si son algo más.