Protesta IU, con razón, porque la Junta de cuyo gobierno es socia, no haya sido capaz ni de cumplir su compromiso de dar de comer tres veces al día a los niños pobres andaluces. O sea, que lo que Cáritas o las Hermanas de la Cruz y treinta organizaciones más llevan adelante a diario como una mera rutina, la Junta no es capaz de llevarlo a término a cusa de los líos burocráticos y, por supuesto, porque el hambre no afecta a quienes la dirigen. Suena, no ya a “Novecento” sino a tragicomedia de enredo esto de ver a los comunistas porfiando con los socialdemócratas mientras la casa se queda sin barrer. El “Gobierno de izquierdas” no garantiza ni el desayuno de los hambrientos.