No sé qué se funda la oposición, la verdad, para exigir al consejero de Empleo que dé cuentas del nombramiento para dirigir nada menos que el Servicio Andaluz de Salud en Cádiz a un sujeto sin la capacitación debida. Que sea funcionario del grupo B en lugar de serlo, como es preceptivo, del grupo A, no me parece, a estas alturas, ninguna excepción ni dadas las circunstancias, mayor motivo de escándalo. Peor sería –de ser cierto– el rumor oficinesco de que algún prominente consejero ha hecho jefe de gabinete a su coger, y me temo que si se acercara la lupa a los plantillas habríamos de encontrarnos con otras sorpresas igualmente raras o más. Pero ¿por qué hablar de segundos niveles estando ahí el despiporre de los primeros?