Lo dijo ya el rey felón, Fernando VII: “Lejos de nosotros la funesta manía de pensar”. Y el sanchismo ha rescatado la consigna, tras más de dos siglos, por la misma razón que la aplicaron, aún sin conocerla, todas las autocracias que en el mundo han sido. El poder desdeña el saber en la medida en que aprieta las riendas. “Menos latín y más fútbol, decía Solís, “la sonrisa del franquismo” y esta tropa no le va a la zaga proscribiendo la Filosofía y la Historia. De la desnaturalización de los poderes que nos afligen da cuenta el abominable exabrupto dirigido a las niñas por una alcaldesa sanchista: “Apaga la tele y enciende tu clítorix”. ¿Hay quién de más o menos? La Junta andaluza hace bien saltándose la burricie memorable que nos prohíbe pensar y conocer nuestro pasado.