El Defensor del Pueblo –ese capricho del vice Marín—ha declarado contundente, a la pregunta de si tenía noticias del “triaje” que, en las residencias de ancianos, negó a los asilados una asistencia hospitalaria intensiva; que “no tenía un solo dato que apunte” a esa impía práctica discriminatoria, razón por la que ni siquiera habría investigado el tema. ¿Qué ocurre, que el Defensor no lee la prensa ni escucha el telediario que tantísimo han hablado del tema? ¿Ni una simple queja le ha llegado en medio del vocerío general que ha denunciaba semejante ignominia? ¿Tampoco escuchó eso de que las residencias recibieron únicamente morfina para aliviar a los moribundos como único remedio, ni oyó las innumerables defensas del famoso “triaje”? Extraña inopia que cuestiona la utilidad del organismo que preside.