No sé si será auténtico o no pasará de mero paripé ensayado el sartenazo que la presidenta Díaz le ha dado al ala más demagógica de IU y, dentro de ella, a la consejera de Fomento y Vivienda, empeñada en pasar a la crónica autonómica como una Pasionaria de la señorita Pepis. Lo que si digo es que el gesto en sí era imprescindible porque malamente hubiera podido la Junta mantener siquiera una apariencia respetuosa con la Ley de permitir algo tan burdo como el montaje de la entrega de llaves a los okupas de un edificio. La Junta no es capaz hoy ni de gestionar su parque de viviendas públicas, de acuerdo. Pero echar por la calle de en medio de busca de la ovación peronista y saltarse la Ley descalifica a toda institución.