Esto es-carnaval y esto-sí-que-es una- chiri-gota: Kichi de Cádiz, el alcalde de la camiseta y la mochila, el mismo que recibe de uniforme podemita a un Almirante de la Armada y a quien se tercie, se puso antier de chaqueta y corbata para recibir a la presidenta de la Junta cuyo “cambio de rumbo” (¿?) afirma haber constatado. La verdad, uno acostumbrado ya al mochileo de ese munícipe “sans façon”, casi le gustaba ya más con su indecorosa indumentaria, pero hay que comprender que en Carnaval y en Cádiz lo suyo es disfrazarse y ocultar al personaje genuino. Veremos ahora si conserva el atuendo de respeto o vuelve a lo suyo. A algunos, en todo caso, nos ha defraudado ese “tipo” que hace de las anteriores recepciones un claro deasire.