Resulta dura la demanda interpuesta por Comisiones Obreras –un sindicato de clase, marxista que yo sepa—contra una Diputación gobernada (es un decir) por un “pacto de progreso” PSOE-IU. Más aún si se considera el motivo de la demanda que ni más ni menos que la presunta estrategia de ninguneo seguida contra el sindicato en la institución, la negativa de los órganos directivos a facilitar la información laboral a la que tiene pleno derecho, la “obstrucción a la actividad sindical, a la información y al derecho de expresión”. En la Dipu hace tiempo que UGT hace el papel de sostén legitimador de lo que mandan y CCOO le de defensor de los no escasos funcionarios que se sienten perjudicados por el trato administrativo. Pero estas son ya palabras mayores por venir de quien viene y por ir a quién van. No es que desde la derecha se le exija a Cejudo libertad y respeto a los derechos de los trabajadores, sino que quien se lo reclama es el gran sindicato de la izquierda. A ver cómo explica eso el “pacto de progreso”. O como no lo explica, que es lo previsible y lo escandaloso.