La consejera de Presidencia no ha estado fina al calificar de “infame” la, desde luego, absurda negativa de dos autonomías rivales a aplicar la ley del Aborto. Eso es, ya digo, absurdo, inconcebible en democracia, pero lo mismo si lo hace el PP por razones de conciencia que cuando lo hizo el PSOE –que fueron muchas veces—por causas estratégicas. Chaves se plantó en su día asegurando que, de entrar en vigor la ley de Educación del PP, en Andalucía no llegaría a aplicarse, del mismo modo que recurrió al TC todos y cada uno de los Presupuestos estatales buscando por la puerta de atrás el recurso previo de inconstitucionalidad. Infieles y rebeldes, pues, cada uno a su turno. ¿Diría la consejera que ésta es una democracia infame?