Hay que dar la bienvenida al acuerdo de PSOE y PP en el seno de la Federación de Municipios y Provincias (FAMP) para regular, a partir de las próximas elecciones municipales, los sueldos de los alcaldes en función de la población gobernada, acuerdo que, hay que suponer que implica la consiguiente reducción del salario del resto de los ediles, así como lo que se rep arte en empresas públicas, mancomunidades y demás. Lo que está ocurriendo en los Ayuntamientos no puede mantenerse mientras viven en una crisis dentro de otra crisis, aparte del quebranto que los recortes en marcha han supuesto para la mayoría de los ciudadanos. La política es un servicio voluntario. Quien quiera ganar más que se vaya la selva de la competencia.