El apoyo de la Junta, en concreto de su Presidente, a la política de ayuda al sector del automóvil propuesta por ZP en el Debate de la Nación tendrá que desfilar con el paso cambiado, toda vez que ella, la Junta, tiene entre manos un ERE que ha acarreado el cierre de Santana Motor, que es propiedad suya desde hace años. No es que haya una contradicción implícita en entender que ese apoyo es bueno –lo cual es discutible– sino que resulta llamativa una situación en la que la misma Junta que aprobó el cierre de “su” empresa automovilística preste ahora su apoyo a las demás en seguimiento de una consigna de partido.