El negocio de los tránsfugas es, en primer término de los propios partidos, y sólo luego de la basura política que lo perpetra. Existen tránsfugas exclusivamente porque los partidos lo permiten, y más a medida que un poder mayor potencia la ambición. Fíjense en el PSOE andaluz llevando ante la “Mesa Antitransfugista” el caso de Chiclana, es decir, el acuerdo entre PP, IU, PA Y PSA para desalojar un auténtico “régimen” famoso por su disparate urbanístico, y no olviden que esa protesta procede de un partido que sólo en la provincia de Huelva acaba de consumar la mayor movida tránsfuga que se recuerda y sin la cual, muy probablemente, su hegemonía en ese ámbito quedaría en entredicho. ¡Reclamar por Chiclana quienes han demolido a conciencia esa instancia de control! Ya decía que ese negocio es primero de los partidos y luego de los corruptos que trafican con el acta. En esa cueva del tesoro que es Chiclana (miles de viviendas sin papeles, para empezar) tienen la mejor prueba.