Ha dicho Chaves en la revista “Vanity Fair” –¡qué hubiera dicho Pablo Iglesias si lo ve posar bajo ese título!—que los controles en la Administración son inútiles porque “si un director general quiere robar, roba”. Hombre, tampoco es eso, pero lo que sí es cierto –porque lo hemos comprobado– es que si un presidente quiere modificar una ley para poder largar una subvención milmillonaria a la empresa que apodera su propia hija, la modifica y si te vi no me acuerdo. Otra cosa es que él se considere incapaz de garantizar un orden administrativo y no vea otra salida que jugarse el resto a la dudosa carta de un modelo que ha hecho posible un saqueo como el de los ERE. Ningún director general maneja por su cuenta miles de millones si no le han dado luz verde en la planta de arriba.