Ustedes conocen la historia con toda seguridad. La de la madre alcohólica a la que la Junta de Andalucía retiró irregularmente sus hijos hace años para entregárselos en acogida a una familia ajena. Irregularmente quiere decir sin derecho, por las bravas, gravísima cuestión que provocó una ejemplar sentencia de la Audiencia de Sevilla en la que se ordenaba la “indemnización” de 1’7 millones de euros a la madre por ese “largo y tortuoso calvario sufrido” desde que, superada la adicción, viene peleando sin éxito por recuperar a su prole. Diez años sin ver a sus hijos, ya ven, a pesar de su curación, o sea, cuando ya no había razón alguna para aplicarle una medida tan extrema como es arrebatarle a una madre sus hijos, diez años de lágrimas y pleitos, de soledad y miserias, de peregrinaciones a oscuras por el incómodo territorio del laberinto legal. Pero a pesar de todo ello, la indemnización no llega porque ha de esperarse a que sea resuelto el recurso interpuesto por la Junta. Más años, más soledad, en virtud de que la ley es la ley –sobre todo cuando conviene– e incluso en el terrible supuesto de que esa madre acreedora se halle en estos momentos en situación terminal como enferma de cáncer. Enferma pobre de cáncer, para ser exactos, ciudadana sin aldabas, que es lo último o lo penúltimo. Ningún dinero podría compensar a una madre de semejante trauma, por supuesto, pero el colmo es que ni siquiera llegue a recibir nunca lo que, según la Justicia, es suyo realengo. Una mujer pobre, sola, enferma frente/contra un poder fuerte, blindado, lejano y tal vez indiferente: no tiene cuartel, la pobre. Cumplir la ley es muy importante, por más que aquí no se cumpla cada dos por tres, empezando por el propio Gobierno o un Parlamento regional que no ejecutan sentencias porque no les da la gana, hasta llegar a unas comparsas de carnaval que proclaman (al margen de la extravagancia de su agravio) que se piensan pasar por el arco la orden de un juez que les prohíbe callejear. Las Administraciones son muy formales… cuando quieren y no hacen más que cumplir con su deber. ¡Adónde iríamos a parara en caso contrario! Pero tengo mis dudas de que esa razón legal, tan implacable, entre en la mollera de nuestra pobre mujer. Ni en la mía.
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Ya sé que no tiene sentido implicar el sentimiento en la razón y, sin embargo, esa convención encalla en la lógica de este atropello. ¿O tiene lógica que una Administración que arrebata “irregularmente” los hijos a una madre se vaya de rositas mientras a ésta se le impone rigurosamente una espera que, por desgracia, lo más probable es que no termine hasta después de la muerte? Lo más que ha hecho la Junta ha sido ofrecer a esa pobre mujer el pago de una indemnización muy inferior a la estipulada por el juez –72.000 euros en lugar de 1.703.000, ahí es nada–, una miseria más que agregar a las anteriores. ¡Imagínense, con la de cosas que tendrán en la cabeza nuestros próceres, y en vísperas de un referéndum que nos va a sacar de culeros a todos! La inmensa tela de araña que es el sistema legal, ya lo sabemos, se rompe cuando atrapa una presa grave pero retiene sin remedio a la liviana. Y esta Carmen Fernández sin más, que ni es amante de torero ni maltratada de famoso, ni tiene, en definitiva, donde caerse muerta, ya me dirán qué puede interesarle a la audiencia. Mucha gente se pregunta esta temporada qué ocurrirá si ese bientratado terrorista en huelga de hambre muere al fin. Yo me pregunto que debería ocurrir si la que muere es esta madre desgraciada, irregularmente desposeída de sus hijos para la que no hay resquicio en este sistema legal tan maleable y acomodaticio cuando se tercia. El Poder es tremendamente formal, no puede imaginar ustedes hasta qué punto. Según y cómo, por supuesto, depende de quién. Para esta mujer, por ejemplo, simple madre enferma y sola, pobre como una rata, lo será a rajatabla. Si se tratara de un terrorista asesino, probablemente sería otra cosa.
Hay veces en que deberían venir escritas con sangre ciertas noticias. Hoy es un día que no cabe ni un ápice de humor en mi comentario. El hecho narrado aquí arriba es uno más, no uno solo, en que la persona pobre o no pobre, pero sí solitaria, inerme, abandonada, desvalida, despreciada, humilde y humillada, sin recursos ni influencias, se consume en la espera de resoluciones de una gente que no ve más allá de su egoísmo, que se resume en alcanzar unas cuotas de poder y mantenerlo contra todo viento y marea, aunque ello implique pisotear al que tan poco vale para ellos. Total, es tan sólio un número, un único y solitario voto que compensan con la riada de los que provienen de los estómagos agradecidos, de los prebendados y sus cohortes familiares, de otros desgraciados e ignorantes que valoran como un tesoro las migajas que con desprecio les arrojan sobre sus humildes mesas.
Debería existir ese Dios en que mi don Páter y tantas otras personas, más inteligentes y sensibles que yo misma, creen, aunque sólo fuera por la esperanza de que habrá una Justicia que les haga penar al menos la centésima parte del daño que les hicieron a otros, a sus prójimos, sus próximos. Si no Dios, yo sí les maldigo.
Dura y cierta la columna del Anfitrión, a la que doña Epi añade su posdata tronante.
Si no la han leído, les invito a repasar la aportación que la misma doña ha dejado esta mañana en el blog de ayer.
La burocracia, la Justicia, Don ja suele repetir la frase de Renard: «La Justciia es gratuita. Menos mal que no es obligatoria». ¡Pero es que ES obligatoria», querido don ja! La historia de la madre, conmovedora. La actitud de la autoridad sencillamente atroz.
Noi quite lo de pobre, doña Epi, que el jefe lleva razón al insistri en esa circunatncias de la pobre nmujer. ¿O usted cree que si la demandante fduera la Koplowitz la cosa sería igual? No hagamos demagogia, hagamos realismo.
A un grupo de amigas lectoras de ja y su blog nos ha conmovido hasta las lágrimas la historia de esa madre moribunda y atrapoada en la maquinaria legal. Un beso, don ja, gracias por decir lo que a nadie interesa.
Kafka vive.
¿no hay nadie en Andalucía que clame contra veste atropello? ¿Tan abandonados estamos, tan solitarios estamos, que nbi en un caso como éste encontramos voces que nos apoyen?
No se creerían estas cosas si no dieran tesimonio de ellas personas solventes y acreditadas. El rigor que aplica esa Junta será todo lo legal que quieran, comno eran legales los indultos de los gales o de ciertos millonarios. No tienen conciencia. ¿Estos son los partidos obreros de hoy?
Lamento reconocer que el tono lastimero del artículo de gm –con quien no comulgo– es el apropiado. No hay derecho a majejar el derecho como un arma a favor de los amigos y contra los demás cuando hace falta. Gracias por este acierto, y no es frecuente que yo le agradezca sus opiniones.
Esta doña Melisa será la prima de don Sociata, por eso que dice de que comulgo con ja, a mi también me da palo esa historia, jefe, porque to el mundo habla de la madre pero nadie de los hijos.
Tierna, al tiempo, dura columna, reflexión que habrá conmovido a muchos entre los que no espero que se incluya esa burocracia lejana e indiferente que usa, cuando le interesa, esa truculencia del formalismo. Esa misma que informa que todo está en regla en la contratación de los hermanos de Chaves con la Junta o que justifica por qué no se paga un salario social o por qué se consiente abierta una residencia de ancianos a pesar de graves denuncias de maltrato. Buena denuncia, mejor intención. Si ha conquistado a doña Melisa ya está dicho todo.
No se ha dicho que esa madre recuperó ya a su hija pero no a su hijo, y que es probable que no llegue a volver a verlo si muere. Como se ve el tema es duro aunque no tanto como el corazón de quienes nos gobiernan.
Les debería parecer raro que el hijo no quiera saber nada de esa madre. ¿No se han preguntado por la causa de esa situación tan rara?
Sí, doña Mamá, claro que nos lo hemos preguntado, y ahora le prgunto yo a usted si conoce el tema o sólo reacciona ante la columna, porque en el primer caso no escribiría eso. Sobre todo si es de verdad una madre.
No es la única que ha hecho la Junta con los menores y sus madres. Hay casos en que hasta han hecho pasar a una niña por cinco familias. Otros en que se los han arrebatado a sus padres por motivos que no son objetivos sino a los ojos de los empleados de la Junta. Los jueces también tienen mucha culpa porque no tienen muchas veces manera de controlar si lo que la Junta dice es cierto o no. Pero no me explico por qué no emplean la misma fuerza para devolver unos hijos que para quitárselos a una madre en un mal momento, y para hacer que por lo menos se cumplan sus sentencias.
Calvario, terrible palabra. Si la diec un juez en una sentencia por algo será. Inexplicable que luego un oficinista o diecisiete se pasen al juez por debajo del arco. La columna me deja perplejo.
En mi país se habla ahora de nuevo sobre los hijos robados por los milicos a los padres «rojos», y entregados a familias de milicos. Muchos de aquellos no quieren saber hoy nada de sus familias naturales. Los criminales que hicieron todo aquello andan por la calle y van cada mañana a misa. Yo también me he emocionado con la historia que nos cuenta mi don josian, corazón de mazapán cuando se descuida, si lo sabré yo…
Realismo pide don Rico que hagamos. Y lo pide hoy, cuando la columna de jagm está más cerca de Zola que de Flaubert. Ciñámonos al fondo de la cuestión: la omnímoda libertad de la burocracia para ajustar sus mecanismos legales, los perjucios irreparables que puede causar el reglamentismo a ultranza. Alguien debería pagar por lo que le están haciendo a esa madre. Es inconcebible que los jueces no le hayan pedido responsabilidad (que yo sepa) a nadie todavía.
En el Parlamento vasco se ha aprobado respaldar al terrorista en huelga de hambre, como habrán oído. Para que vean que hacer, lo que se dice hacer, se puede hacer todo: lo único que se necesita es querer. Y ya me dirán lo que puede interesarle a Chaves esa madre despojada primero y burlada después.
El personal debe andar pensando en el derbi -¿o derby?- sevillano y no asoma mucho la nariz. Mi don Páter, a quien reverencio, se deja caer con apellidos que abrasan. Seguro que su paguita, ¿de jubilata como la mía?, está a buen recaudo de esbirros y satrapillas. Es lo bueno que tiene la cosa. Te pueden hacer vudú administrativo, pero no privarte de la paguita. Jia, jia.
Mi don Rico me censura que no pongo un adjetivo. Es como el sujeto implícito cuando hablamos en primera persona. Por supuesto que la mujer es pobre. Como son pobres también los chicos del trabajo basura aunque tengan dos másters. Los maxisueldos son para el staff -empresarial o administrativo y luego queda poco para repartir al proletariado. Jia, jia.
Cuando oigo cosas semejantes me extraña que no se pongan más bombas , por Andalucía o por aquí, que también tenemos casos que sublevan.
Acabo de leer la comparación entre los dos estatutos, el vasco y el andaluz, que doña Epi me ha generosamente adelantado. Pues después de su lectura, yo votaría NO, porque parece una tomadura de pelo.
Leanlo, vale la pena.
Zumbao, de veras eres un buen muchacho. Así quisiera yo a todos. Tienes mucha razón : casi da más rabia lo que han hecho con los niños que con la madre.