“¿No quieren caldo? ¡Dos tazas!”. La Junta, en concreto la consejería de Educación y su nueva titular, Teresa Jiménez, parecen aplicarle a la comunidad docente ese viejo refrán castizo a propósito de la oferta de dinero a cambio de buenas notas, que los profes califican de “soborno” y, desde luego, si no lo fuera, se parece mucho a eso. La sucesora de doña Cándida se propone superar a aquella plaga, pro lo visto, de manera que va a modificar la polémica norma para “rebajar” los criterios todavía más, a ver si de una vez nos quitamos ese sambenito de ser la peor autonomía en materia educativa. Un disparate, por supuesto, pero la Junta sabe bien que, aunque desmoralizador e injusto, esa medida “flexibilizadora” contará con muchas insensatas simpatías familiares y juveniles. El voto es el voto y la imagen, la imagen, a ver qué quieren. Que la ‘basca’ vaya de mal en peor bien vale un apoyo que en las próximas elecciones puede que haga más falta que nunca.