Fueron los griegos clásicos –los de Pericles, no los de Tsipras– quienes vieron en la división interna la garantía de la derrota. Pero pasan los siglos y casi nadie se aprende la lección. Ahí tienen el bastinazo francés de los partidos tradicionales (el PSE va ya por un 6 por ciento…), aunque más cerca tenemos nuestro propio ejemplo en la noticia perplejizante de que el PP andaluz alcanza, ¡por fin!,un pacto banderizo y se dispone a elegir un jefe común. ¡Pero si no ganan juntos cómo iban a ganar separados! Qué verdad es que al “régimen” del PSOE le suele hacer el trabajo sucio su propio adversario. Si no fuera porque aquel tambén tiene sus Judas, estos conservadores duraban tres telediarios, ni uno más.