Vivos aún los rescoldos del escándalo de Punta Umbría –un alcalde que, desde que lo es, ha recibido para su restaurante subvenciones que multiplican las del Ayuntamiento—vemos llegarle a ese empresario afortunado otro pelotazo que eleva ya lo subvencionado a 1.200.000 euros. O sea, un caso igual al de la mujer del número dos del PSOE, Rafael Velasco, pero sin dimisión y con todas las bendiciones. Hacen lo que quieren, se han instalado ya en la arbitrariedad y real gana, por encima de la ley si se tercia, por debajo de la probidad siempre. Este es el “régimen” de los “amigos políticos”. Van s a sobrar casos para demostrarlo.