Con una elocuente defensa de la sencillez expositiva, el Fiscal general de Andalucía, Jesús García Calderón, ha defendido en el Parlamento la necesidad de renovar el lenguaje jurídico y ponerlo al alcance de la mayoría. El Fiscal ha dicho cosas tan rotundas como que la educación española produce “súbditos” más que “ciudadanos”, y ha denunciado el truco de la jerga profesional como un grave perjuicio para los administrados que pierden , por desconocimiento, el control efectivo de sus propios derechos. Una buena apuesta, sin duda, imaginamos que equidistante de esos otros jueces que gastan bromas en sus escritos o se permiten dictar sentencias en verso. Siempre en busca de ese término medio en el que es fama que reside la virtud.