No era de esperar que un dirigente histórico como Diego Cañamero cantara tan claro como para darle la razón a Esperanza Aguirre en el lío de las “pitas, pitas”, explicando que si lo que ésta pretendía era sugerir que, con la reducción de peonadas para cobrar el subsidio agrario, lo que “el Gobierno del PSOE quiere es captar votos a bajo precio, no va descaminada”. No se queje luego cuando, desde fuera y desde dentro, se hable de “sociedad subsidiada” y de “voto cautivo”, de “régimen” clientelar y de votantes trincones. Una declaración semejante me cuesta trabajo creer que osara hacerse desde la derecha. Desde esa izquierda profesional, me resulta insólita.