Escucho en la radio nocturna un programa deportivo en el que aparece como figura estelar el señor Lopera. Y me avergüenzo e indigno, porque así como a los otros invitados (ex-presidentes de clubs) se les entrevista con cierta normalidad, a Lopera se le dio el micro para que perorara en su peculiar sub-habla no cabe duda de que como emblema subsidiario de los andaluces. ¡Qué papel tan injustificado y triste le ha tocado a esta región de los Góngora, los Cánovas, los Juan Ramón y los García Lorca, ahora representado –porque es lo más fácil para los “medios”—como Patio de Monipodio y como juerga colectiva! Apagué la radio con tristeza convencido de que nuestra regeneración autonómica, 36 años después, está por estrenar.