La corrupción es el río que no cesa. Ahora, en pleno pandemonio, cuando recuperamos el susto de los peores momentos de la pandemia, llega el lío de Isifotón, otro mangazo inconcebible, con el que parecen relacionados una vicepresidenta del Gobierno de la nación y, para que no falte de nada, ese ministro de Justicia que parece que anduvo diligente en el caso y que ahora prepara el indulto para los golpistas catalanes. Lluvia de millones perdidos y estafón de talla grande en las mismas narices de esa doña que hoy nos vicepreside como si no hubiera ocurrido nada. ¡Esa prensa insidiosa que no descansa!, se desgañitan en la Caverna zurda. Lo que quieran, pero han de convenir que no sólo a los conservatas se les está poniendo la cosa color de hormiga.