¿Alguien comprende las absurdas paradojas que reflejan las encuestas andaluzas? Vamos hacia estas elecciones como a una cita a ciegas, consciente la mayoría de la mediocridad de la oferta, desconcertada por su escasa estatura. “Con la pinza en la nariz”, dicen que irán a votar tanto los espíritus conservadores como los autopostulados progresistas (bronquistas y aventureros aparte). Y hasta dentro del propio “régimen” se hacen pajaritas con la papeleta: “Yo votaré al PSOE como siempre –me dice un militante “histórico” extremando la contorsión moral– pero esta vez con la esperanza de que no ganemos”. No es un oxímoron sino la lamentada conciencia de la degeneración.