A lo hecho, pecho
Lo peor que tiene el auto dictado por la juez Alaya es que se le entiende todo. No se anda la juez con rodeos ni retorcimientos jergales, sino que va al grano y lo expresa en una “frasis” que puede entender cualquiera que sepa leer. Los cargos son graves, las alegaciones incontestables, el argumento bien…