¡Con que cuatro o cinco!
Evidentemente no eran “cuatro o cinco sinvergüenzas”, como aseguraba Chaves, los únicos responsable del montaje de las prejubilaciones fraudulentas y las subvenciones falsas. Había más sinvergüenzas, como lo demuestra el reconocimiento oficial de que, al menos durante ocho años –es decir, entre enero 2003 y diciembre 2010—las irregularidades fueron masivas. Algo que no pudo ocurrir…