Tercer mundo
No sólo los sufridos padres han debido llevar este verano andaluz sus ventiladores al colegio donde el calor asfixiaba a su prole. También las familias de enfermos estabulados en el Hospital Clínico de Sevilla –nada menos—han debido arrimar su abanico en las saharianas habitaciones. No es que no se cumpliera en tantos años la promesa…