Registrar el alma
La última entrega del culebrón de Marta del Castillo y su inicuo verdugo, a saber, el sometimiento de éste, por voluntad propia, a un registro encefelográfico que pudiera (sólo pudiera, ojo) registrar en su memoria alguna imagen conducente al lugar donde escondió los restos, es, en mi modesta opinión, un brillante triple salto mortal de…