Inventar la playa
Cada verano, cuando el ferragosto caldea la gran ciudad y cuantos pueden huyen a las costas lejanas, los parisinos reviven el debate sobre sus playas artificiales, ese invento del todavía alcalde Chirac que prometió el baño libre en el Sena allá por 1988, y empezó por librar bancos enteros de lucios en las aguas pútridas…