Se habrán quedado lelos los empresarios y administrados en general al enterarse de que la Junta de Andalucía concedió subvenciones por casi 3 millones de euros en sólo seis días a un discutido “emprendedor”. ¡La desesperante tortuga burocrática derrapando sobre Aquiles a toda pastilla cuando se trata de “uno de los suyos”! La verdad es que el “caso Delphi” –aquel trampantojo que dio tanto juego político en torno a un despido colectivo— merecería, y no sólo por este motivo, una severa revisión, pues el enredo no sólo permite entrever de qué taimada manera se utilizó a los parados como pantalla, sino que trasluce el tejemaneje del “régimen” que representa esa Junta desde hace tantos trienios. La gestión indiferente con el ciudadano, ajusta obediente si ritmo al interés de partido.