IU ha echado sus barbas a remojar por lo que pudiera derivarse de la instrucción del caso de los ERE fraudulentos y las prejubilaciones falsas, un saqueo en el que ha participado demasiada gente. Por eso su portavoz parlamentario se ha apresurado a señalar que “sus” tres consejeros nada tienen que ver con el gran chanchullo, sin dejar de mostrar su inquietud para el supuesto de que la investigación llegara a salpicar al cogobiernillo. IU va en la cuerda floja, y hay que reconocer que su postura no es cómoda, pero eso es algo que la coalición sabía antes de pactar con el PSOE. IU no acaba de descubrir a la “caterva de golfos y golfas que se han enriquecido”. Si los denuncia ahora es precisamente para que lo parezca.