El vuelco municipal del 25-M está sirviendo en Andalucía para destapar el estado ruinoso de nuestras Administraciones Públicas. Ayuntamientos en cuadro, pródigas Diputaciones endeudadas hasta las trancas, Mancomunidades, Patronatos y demás chiringos, cada cual con su agujero negro, constituyen una herencia insostenible a la que convendría ajustarle globalmente las cuentas en busca de las eventuales responsabilidades de los catastróficos administradores. No se trata ni por asomo de un ajuste de cuentas sino de un elemental ejercicio de cuentas claras que el ciudadano-contribuyente no alcanza a comprender cómo puede saldarse sin culpables. Urge un balance de la orgía y la determinación de depurar responsabilidades si se pretende que la gente mantenga intacto el hilo de fe que aún le queda.