El propio tejado
La tremenda opinión que la gente tiene de los políticos la han alimentado más que nadie ellos mismos. Acusándose entre sí, durante decenios, de todo menos de bonitos, pero sobre todo señalándose unos a otros como depredadores de los dineros públicos. Ahora, superada en el límite la monserga de la publicación de patrimonios u declaraciones…