Durante años ha sido argumento favorito del PSOE contra Javier Arenas eso de que era un perdedor –un “loser”, como dicen los americanos– lo cual no era ni siquiera cierto. Pero ahora, tras el triunfo espectacular del 22M, sus enemigos deberán tentarse la ropa ante ese animal político que, con su inteligencia y tenacidad, ha sido capaz de derrotarlos en su propio feudo y en toda la línea. Hay mucho mérito compartido detrás de esa victoria, pero no cabe duda de que su muñidor ha sido él en un alarde humilde de cómo se funda y afianza un liderazgo en medio de las peores circunstancias. Arenas está en el centro de esa foto victoriosa que representa un cambio del que nadie debe apropiarse en exclusiva. Y merece las excusas de quienes acaban de perder los muebles por menospreciarlo detractándolo. El “perdedor” ha ganado. Nada será igual a partir del domingo empezando por las estrategias.