Espectacular la cena-homenaje al juez Serrano, tan injustamente separado de sus funciones por una inasumible sentencia del TSJA. La crónica habla de la presencia en ella de políticos, sacerdotes (hasta un obispo), empresarios, periodistas o policías, es decir, una representación más que curiosa de una sociedad civil por lo general tan poco movilizable como la nuestra. Mal deben de andar las cosas en esa Justicia cuando un magistrado necesita que lo apoyen los ciudadanos. Si el Tribunal Supremo no echa abajo esa barbaridad dará una prueba más de lo lejos que andan los ropones de quienes circulan por la calle.