Puede que el alarmante pacto del PSOE sanchista, con sus compromisos radicales y antiespañoles, vaya a situar a Andalucía en una imprevista posición de referente nacional. Lo entrevé con inquietud una Derecha que acaba de comprender la trascendencia del pacto de gobierno aquí existente, y lo teme desconcertada una Izquierda en la que desfilan, con el paso cambiado, un mal avenido extremismo junto a un PSOE que ha perdido el nimbo estatal que propiciaba su hegemonía hasta quedar reducido a esa incógnita ante la que vacila una amplia mayoría de su electorado. ¡Vaya ocasión para el “Gobierno del cambio” y vaya marrón para los socialistas tradicionales! El antiespañolismo fue siempre un mal negocio entre andaluces. Sánchez se va a estrellar, seguramente, con algo más que con la débil disidencia interna del susanismo.