Los estudios señalan a Andalucía como farolillo rojo en el ránking educativo europeo. El enorme fracaso escolar, el abandono masivo del estudio, están ahí ante la pasividad de una Junta que o no sabe o careced de interés por mediar en la situación. Ahora sin embargo –propaganda que no falte—se va a gastar una millonada en regalar a los escolares ordenadores personales con los que, evidentemente, no van a salir del bache aunque puede que agraven ciertos riesgos probados implícitos en el uso de ese importante instrumento. Un buen negocio –para la industria, no sean mal pensados—que no corregirá un lamentable estado de cosas. Ser lo últimos de la fila europea es una emergencia que no se arregla regalándole ordanatas a la peña.
Sí soy mal pensado.