Más de uno y más de tres ciudadanos se preguntan por qué los gobiernos municipales del PP no cierran con urgencia las correspondientes auditorias y, tal como ha hecho la presidente de Castilla-La Mancha, sacan al balcón el balance de lo que ha sido un auténtico saqueo. ¿Qué temen, qué los detiene, si no hay derecho comparado con el que asiste a sus administrados a enterarse de quién y cómo ha arruinado sus arcas hasta dejar a los pueblos en ruina? Se habla de pelotazos inauditos, de facturones de infarto, de más que probables delitos perpetrados mientras duró el festín. ¿Por qué, entonces, el PP no acelera el proceso y, sin prisa pero sin pausa, explica de una vez cómo es posible esta situación jamás conocida por nuestras Administraciones? Contestar a eso antes de las elecciones puede que sea un requisito para ganarlas bien.